Diez raspes

Si hay una (¿jocosa?) anécdota que me ha marcado desde chico, es una que pasó allá por el 2000 o 2001 en el Full Fresh Market de Costanera. Sí: antes que fuera Unimarc, muchísimo antes que fuera Bigger, y muchísimo antes que se anexara el resto del mall actual.

Pues bien, en esos entonces estaban en su mayor apogeo aquellos concursos que por la compra de determinadas marcas te daban raspes que podías canjear por premios. Por alguna razón con mi familia obtuvimos 10 de esos raspes. Yo era el más emocionado, y apenas nos entregaron los raspes en la sección de Servicio al Cliente, me puse a (valga la redundancia) rasparlos.

Y comencé con mi faena: agarré una moneda y raspé como loco. En el primero, “siga participando”; en el segundo, “siga participando”; en el tercero, “siga participando”…

Cuento corto: en los 10 me salió “siga participando”. Así, totalmente deprimido por no alcanzar el tan ansiado botín (que hasta el día de hoy no recuerdo cuál era exactamente) subí al auto familiar con mi mejor cara de traste. Por cierto que la mala suerte para estas cosas no me iba a perseguir para siempre: hace 3 o 4 años gané un títere para dedos de Jumbito.

Es algo.

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